Todos hemos oído hablar de la creciente tensión en la región del Indopacífico. Pero, ¿qué está haciendo Australia al respecto? Aquí, te contamos cómo Australia está dando un paso adelante, invirtiendo en tecnología de punta para reforzar su seguridad marítima. ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
La Inversión
El Gobierno de Australia ha tomado una decisión firme. Se han destinado unos impresionantes 903 millones de euros (equivalentes a 1.500 millones de dólares australianos) para mejorar y modernizar su flota aérea de vigilancia marítima.
¿En qué se Gastará?
Principalmente, esta inversión será utilizada para adquirir un nuevo avión no tripulado MQ-4C Triton. Pero eso no es todo. También se llevarán a cabo mejoras significativas en los sistemas de la flota australiana compuesta por 14 aviones Boeing P-8A, especializados en vigilancia marítima.
El Nuevo Jugador: MQ-4C Triton
Este avión no tripulado es verdaderamente impresionante. Tiene la capacidad de volar aproximadamente 11.000 kilómetros al día y puede alcanzar altitudes de hasta 4.880 metros. ¿El objetivo? Vigilar el extenso territorio marítimo australiano. Este aparato es obra de la empresa estadounidense Northrop Grumman y se suma a los tres MQ-4C Tritón que Australia adquirió en 2018.
Las Mejoras
El ministro de la Industria de la Defensa de Australia, Pat Conroy, compartió que las actualizaciones en la flota de Boeing P-8A potenciarán “las capacidades de guerra antisubmarina, ataque marítimo y recogida de información”. Además, se espera que estos aviones se sometan a modernizaciones entre 2026 y 2030.
Una Alianza Estratégica
Además de los aviones, una parte de la inversión se usará para un contrato con Northrop Grumman Australia. La empresa será responsable de mantener los Triton en dos bases: Tindal, al norte de Australia, y Edimburg, en el sur.
Conclusión
Australia está tomando medidas proactivas en medio de un contexto geopolítico complejo. Esta inversión no solo refuerza la seguridad marítima del país, sino que también demuestra su compromiso con la paz y estabilidad en la región del Indopacífico. Ahora, solo nos queda esperar y ver cómo estos avances transforman la dinámica de la región.